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La Prairie Foam Cleanser proporciona un tratamiento delicado pero increíblemente efectivo, eliminando todo tipo de impurezas y maquillaje, permitiendo que tus poros respiren nuevamente. Pronto, su piel se sentirá más fresca y profundamente nutrida.
La Prairie Foam Cleanser basa en una fórmula suave similar a una espuma para suavizar y calmar la piel, eliminando las impurezas acumuladas con el tiempo. De hecho, desintoxica el cutis apagado, despertándolo y proporcionando un nivel óptimo de hidratación y nutrición. Además, alivia los signos de envejecimiento y fatiga, típicos de un estilo de vida agitado, aumentando la luminosidad o devolviendo una apariencia más saludable. Enriquecida con extractos botánicos naturales, cuando esta espuma entra en contacto con el agua, se transforma en una mousse que se extiende fácilmente por todo el rostro. Ya sea que use muchos productos o no, la piel de su rostro está destinada a recuperar su equilibrio. Con todo, esta opción limpia completamente mientras retiene la hidratación de la piel y proporciona un mayor confort.
Aunque sus ingredientes refrescantes se adaptan a todo tipo de piel, es importante mantenerse alejado del área sensible de los ojos al masajear la fórmula. Además, asegúrese de que este sea uno de los primeros pasos en su rutina de limpieza. Después de cada aplicación, siéntase libre de disfrutar de una sensación sedosa ya que todos los contaminantes se eliminan para que sus poros puedan respirar mejor. Finalmente, los laboratorios de La Prairie se enorgullecen de lanzar productos para el cuidado de la piel que contribuyen a pulir su piel, desenredando su máximo potencial. Al mismo tiempo, esta marca tiene como objetivo alimentar su rostro con los mejores componentes disponibles, mostrando la verdadera belleza de todos.
Aplique La Prairie Foam Cleanser durante la mañana o la noche. En primer lugar, humedece todo el rostro con un poco de agua. Luego, toma una pequeña porción de la espuma y, con el mayor cuidado posible, aplícala sobre tu tez, hasta que comience a formarse una espuma suave y cremosa. Dibuja pequeños círculos con las yemas de los dedos y muévelos hacia arriba, masajeando los puntos especialmente contaminados. Por último, pero no menos importante, enjuague abundantemente con agua para continuar con su ritual habitual de cuidado de la piel.